2010/11/06

El elefante encadenado

"Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos  eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante (...) Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales... Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en  el suelo con una  cadena que aprisionaba una de  sus patas.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros  en  el suelo. Y,  aunque la cadena  era gruesa y poderosa, me parecía  obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su  fuerza, podría liberarse con  facilidad de la estaca y huir.

¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye?

(...) El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefante empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. (...) al día siguiente lo  volvía a intentar, y al otro día, y al otro...  Hasta que,  un día, un día terrible para su historia, el animal  aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. (...) Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. (...) Jamás intentó volver  a poner a prueba  su fuerza... (...)"

Jorge Bucay, "Déjame que te cuente"

Arinagoak
edo pisuagoak,
motzagoak
edo luzeagoak,
berriagoak
edo denboraren igaroak erdoilduak
denok ditugu gure kateak...

...zergatik ez saiatu askatzen?


Iturria: Dean Croshere (flickr)

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